Aranjuez, cuantas aventuras me han proporcionado tus jardines, tus sotos históricos, tu rió, tu situación geográfica, tu cercanía a la capital; las fresas, los paseos por tu alameda, el silencio de la ciudad, la soledad de sus alamedas, los zapatos colgados de los cables en tantas de sus calles; las maravillosas fuentes que adornan el palacio Real, tu mar interior, el mar de Ontígola, el sotobosque, las ranas, los patos, las aves sobrevolando ese cielo único, el tren con sabor a nostalgia que sale de Atocha para acercarnos a ti, Aranjuez, la ciudad con la estética de la Ilustración; la casa del labrador, la casita del príncipe, tu maravillosa vega, y los dos ríos que bañan tu ciudad. el Tajo y el Jarama.
Puente Largo o Puente Real.
Ocupa de honor en la historiografía de estos, por ser uno de los más bellos que aúna a la perfección la obra civil y la naturaleza.
Se empezó a construir en 1757, a instancias del rey Fernando VI, siendo concluido en 1761; su retraso se debió a los caprichos del Arquitecto; marcos de Bierna.
El cuerpo del puente está construido con piedra caliza de Colmenar de Oreja, presenta un tendido perfectamente horizontal formado por veinticinco tramos iguales, salvados mediante arcos de medio punto construidos en sillería, apoyados en una secuencia de sólidos tajamares apuntados y rematados en sombreretes gallonados en los extremos, siendo el resto de los estribos muy planos y con leves cuerpos rectangulares. Cabe destacar la presencia de un león portando un escudo y una cartela o lapida en cuya inscripción hace referencia respectivamente al monarca reinante, al autor y a la fecha de finalización.
Ocupa de honor en la historiografía de estos, por ser uno de los más bellos que aúna a la perfección la obra civil y la naturaleza.
Se empezó a construir en 1757, a instancias del rey Fernando VI, siendo concluido en 1761; su retraso se debió a los caprichos del Arquitecto; marcos de Bierna.
El cuerpo del puente está construido con piedra caliza de Colmenar de Oreja, presenta un tendido perfectamente horizontal formado por veinticinco tramos iguales, salvados mediante arcos de medio punto construidos en sillería, apoyados en una secuencia de sólidos tajamares apuntados y rematados en sombreretes gallonados en los extremos, siendo el resto de los estribos muy planos y con leves cuerpos rectangulares. Cabe destacar la presencia de un león portando un escudo y una cartela o lapida en cuya inscripción hace referencia respectivamente al monarca reinante, al autor y a la fecha de finalización.
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