lunes, 25 de noviembre de 2013

Llego el día

Esa mañana madrugo como nunca lo había hecho la misma mañana. Mi vida tenia un compromiso irreemplazable con un ejercito que me estaba robando una parte de mi juventud para dársela a algo que para mi aún no tiene sentido: La patria.
Llegue a ese lugar tan deshumanizado en medio de esa planicie en la nada, que la única ventaja que nos reportaba a los jóvenes sin señas de identidad, es que desde esa nada, podíamos ver no muy lejos, las elevaciones que conducen al cielo: La sierra de Madrid.
La primera vez que entre a su despacho, sonaba en su viejo tocadiscos, la canción de Frank Sinatra: Loves been good to me; de vez en cuando el amor ha sido bueno conmigo.
Esa fue la primera imagen de mi comandante, esa fue la primera vez que Frank me llegaba al corazón.
Las amapolas empezaban a brotar en esa primavera que venia adelantada ese año, allí fue donde por primera vez robe esa Amapola Enamorada.
Ahora, después del tiempo que ha pasado, a quien realmente añoro de ese campamento en la nada, es aquella Amapola Enamorada.
Nos hicieron formar en una explanada a todos los que llegamos en coches privados, el paraguas era el lugar donde pasaríamos los próximos tres meses, que se dio por llamar "instrucción". Allí nos reunieron a una quinta de jóvenes, para robarnos la última etapa de lo que es un proyecto de juventud, nos rompieron nuestros sueños más felices. Estábamos una generación que escapo de las garras de la dictadura y que soñaba con cambiar este país que aún se encontraba en ropa interior.
El sueño se rompió, nos alinearon en filas como a corderos que van al matadero, nos desparasitaron, nos pusieron vacunas para todo tipo de enfermedades, la antitetánica, por aquello de que íbamos a tener contacto con armas que matan; nos pusieron el uniforme de campaña nos hicieron pasar a todos por el peluquero y dejaron nuestras cabezas como el culito de un niño, sin un pelo (lo de tonto lo dejo para el que quiera hacer el chiste).
Ahora ya eramos todos iguales!!! (eso es lo que quiere el ejercito, hombres sin sombra y dispuestos a dar la vida por algo que ellos llaman "su país")
En esos tres mese de instrucción dura y sin un momento de respiro, el ejercito no me enseño nada sobre lo que es la patria; pero en algo he de estar agradecido a aquellos meses que pase en ese destierro en la nada; conocí al viejo comandante, a mi maestro, que me acogió entre sus más afines alumnos, y me dio alas para volar en ese nido de cucos (Quebrantahuesos).
Si hoy dijera que en aquellos dieciocho mese que me robaron de mi juventud no aprendí nada, mentiría!!!...aprendí a querer a ciertos amigos.
Si dijera que en aquella cueva de alimañas no conoci a los que ahora son tal vez, algunos de mis mejores amigos, estaría mintiendo de nuevo!!!.
Me robaron juventud, pero recibí a cambio un grupo de amigos, que hoy son el pilar de esta nación.....a la que algunos llaman España.
Médicos, arquitectos, oficinistas, funcionarios, políticos, poetas, músicos, drogadictos, lo mejor de cada casa.
La pesadilla estaba llegando a su fin; un día que muchos llevaremos siempre en nuestra retina: el 23 de Febrero de 1981; curiosamente el día anterior hicimos la guardia todo el remplazo que nos licenciábamos, estábamos como locos de la fiesta que íbamos a montar: Ardería Madrid por los cuatro costados, nos íbamos por fin de una guerra que no era la nuestra.
Pero entonces ocurrió lo inesperado, y esos petates que teníamos preparados con toda la ropa que había sido el uniforme para la guerra que entregaríamos y nos sellarían la cartilla de libertad, quedo en suspenso, estuvimos unos días más acuartelados, sin saber si volveríamos a ser civiles como era nuestro deseo.
El viejo comandante me tranquilizo ese mismo día, llego a su despacho y me mando llamar.
---Manuel, no tengas miedo, asonada, solo es una asonada....
---Volverás a ver la luz y esta democracia que hoy es un infante, crecerá y florecerán más primaveras.
Como no podía ser de otra manera, las amapolas empezaron a florecer en aquellos campos cercanos al aeródromo de Madrid: Cuatro Vientos, y la licenciatura se formalizo, pero para mi tenían una sorpresa especial.
Yo había sido un rebelde sin causa en un ejercito de leales: me enfrente a un capitán, y ellos no perdonan nunca a los rebeldes; me arrestaron sin posibilidades de defenderme; ellos siempre tiene razón.
Se me envió al calabozo y me dijeron que quedaba en arresto los próximos tres mese.
El comandante apareció un día por el puesto de guardia, para ver a su alumno en un arresto vergonzoso y sin sentido.
---Manuel, no puedo hacer nada por ti, intenta pasar estos mese desapercibido; pasaran rápido, y volverás a ver la luz de esta democracia, volverás a ser un civil y podrás hablar sin que nadie pueda censurar tus ideas.
Me quedé llorando, lloré de rabia y de indignación, silencie todos mis silencios, abrace mi juventud robada y espere la libertad.
Llegó como llegan todas las cosa llegan en esta vida, pero en este caso con un indulto inesperado un mes antes de tiempo.
Salí por esa puerta sin ninguno de aquellos amigos, que hoy, después de un largo recorrido en esta tierra, sigo teniendo como tales, pero ese día salí en la más absoluta de las soledades.
Fin de la primera parte.
Sonó el teléfono y me levante a cogerlo
---Era la voz de mi viejo profesor, el comandante
---Hola Manuel, Que tal te va la vida?
---Hola mi comandante, tratando de vivir
---¿Y a usted como le va?
---Bien, bien Manuel!!!
---Te llamo para pedirte un favor
---Dígame mi viejo comandante, estoy a su entera disposición.
---Serias capaz de venir a recogerme a este viejo paraguas que esta perdido en la nada para acompañarme a ver a Frank Sinatra al Santiago Bernabeu (Otra vez esa década dorada para mi)
--- Quede sorprendido con su invitación--Pero mi respuesta fue fulminante.
---Si mi viejo comandante, sera un placer poderle acompañar.
---Y así fue como dos personas que se conocieron al principio de una década, que me reporto lo mejor que hay en mi; fueron al concierto de Frank Sinatra: 25 de Septiembre de 1986.
La despedida fue memorable.......
Dos extraños se alejaron en esa noche especial.....
Otra vez las Amapolas Enamoradas volverán a crecer....
Mi viejo comandante ya no esta en el mundo que conocemos los que aún vivimos.
La entrada como es lógico, nunca la tuve entre mis manos, mi comandante tenia pase especial al estrellato de la estrella de esa noche .
Hoy después de tantos años transcurridos, cuantos recuerdos me traen aquellas aventuras con mi comandante, con las noches estrelladas....Llévame a la luna, déjame jugar entre las estrellas, déjame ver la primavera, en Júpiter y Marte, en otras palabras, sujeta mi mano, en otras palabras, cariño bésame......Esa fue otra noche de Amapolas Enamoradas.
---Vuelvo a recordar al viejo maestro que me educo en la magistral asignatura de la vida.
Va por ti, donde quiera que hoy te encuentres.
Gracias por aquella noche.
Y por tantas que tuve el placer de compartir contigo: Un soldado educado para la paz.
Y ahora Frank!!!....Matarme con tu Killing me softly
En este pequeña historia, quiero recordar a uno de mis mejores amigos; ahora que ha pasado tanto tiempo: Mi padre.





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