La láctea blancura de mi tiempo me hizo pensar que ya nada tenia remedio, había llegado tarde a la cita. Otra vez volvía a ser el juguete roto y olvidado en un juego al que nunca fui invitado.
Cariño, que nos paso.(el viento)
Fuimos la tregua ficticia en el reloj que marca las horas desesperadas que tratan de alcanzar esa hora que jamás llega puntual a la cita; la hora mágica en la que se cumplen imposible entre dos abismos. (a través de las tumbas el viento esta soplando, la paz se aleja.)
-- Aquel juguete roto era el reloj que nunca más se pondría en marcha.(Abrigar un deseo, tener esperanza).
Muerto el reloj, se derrumbo el instante de felicidad de mi ego: "Carpintero judío".
Sombra errante en el vórtice de tus labios, a los que rebautizare: Krakatoa, el volcán de el millón de erupciones.
A través de las tumbas el viento está soplando...........
La tregua..expira en horas...el viento sigue soplando entre las tumbas....
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