Espere que tú, sirena encantadora, la que musitaba a Odiseo en su regreso a Itaca, hoy, en este maravilloso amanecer, me obsequiaras con tu presencia, cuando terminaras de cantar los épicos poemas de elementos imaginarios que tal vez no sean ciertos, pero que cantados por ti dan la sensación de que son reales y ocurrieron alguna vez en la vida de todos aquellos que una vez se amaron.
Pero veo que no, hoy no me regalaste tu presencia, ni tu voz femenina que tanta compañía me hacia en este viaje a lo desconocido; no oigo tu musicalidad, hoy que salió el sol y no estas a mi lado me convertí en una congoja. Será que llego el final de nuestros destinos?.
Nuestros barcos ya nunca más se encontraran en este Océano infinito de aves, peces y estrellas, nunca nuestras maderas heridas por tantas derrotas de amor en este viaje que es la vida, la vida que vivimos, no aquella que imaginamos; nunca más volverán a divisar nuestra amado faro de Hercules.
---Volveremos a ser aquellos botes que reman en el mismo océano de la tranquilidad, pero ya nuestros destinos bogaran en direcciones opuestas en el horizonte que un día nos unió.
Ya no seremos esos bellos cometas que los marinos en noches enamoradas ven en sus cielos procelosos.
Seremos olvidados en un cruce de camino, en un callejón que no augura tener salida; al margen de el destino que una vez soñamos, esperando que una vez; ¡si!, ¡digo tal vez!.......alguien pare, y de ese misterioso objeto desconocido que viene de un mundo fuera de el destino que no elegimos, descienda mi chica favorita....mi mujer de ternuras y nostalgias, mi sirena soñadora....mi amapola enamorada.
Me dijo que el amor es más fácil cuando se está lejos
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