viernes, 14 de agosto de 2015

La batalla de las Termópilas.

¿Trescientos asesores ha necesitado el ministro del interior para decirnos, para tratar de convencernos esta mañana a los españoles del porque de su reunión con el imputado señor Rato?, el que fuera vicepresidente del gobierno de Aznar, ministro de economía, director gerente efímero del FMI, presidente de Caja Madrid, y luego ese conglomerado que es hoy Bankia, hasta que una auditoria comprobó un desfase de 3500 millones y no le quedo más bemoles que darse el piro?.
¿Ha necesitado resucitar de la tumba alguno de los asesores que tenia Blas Piñar?
Sinceramente, al escuchar esta mañana sus argumentos en directo, sentí vergüenza ajena, no podía creer lo que mis oídos le iban trasmitiendo a mi masa gris, era imposible escuchar sus argumentos, para no comprender que en realidad detrás de todas esas palabras, habían estado trescientos asesores estos últimos días para tratar de convencer a un electorado ya de por si muy cabreado, de el porque de una reunión que nunca tuvo que existir.
Me he maravillado con el lenguaje, creo que nadie podría haberlo hecho mejor, tengo que darles la enhorabuena, lo han intentado, pero ya somos muy mayores para creer que existen las hadas.
¿A quien quiso convencer con ese alarde de poesía, con tanta palabra bella, pero vacía de contenido?.
Prefiero no seguir, pues empiezo a sentirme Leonidas, y sinceramente tal como esta el patio, es posible que este triste muro, hoy un muermo en descomposición, sea visitado por Jerjes I y usando la ley mordaza conmigo, entre a formar parte de los miles de presos que en silencio purgan sus penas en las cárceles.
(Solo por decir lo que en libertad todo ciudadano tiene derecho a opinar, guste o no guste).
Es muy posible, que el ministro de Interior, de misa diaria, y perteneciente al Opus Dei, no tenga ninguna piedad conmigo, pero esta claro que si para el excelentísimo Ex-viceministro del señor Aznar, y ex de todo.
Nada tengo en contra de que a través de los 300 de las Termópilas (sus asesores ), consiga llegar a una parte plañidera de su electorado, y consiga conmoverlos con ese lenguaje rancio, antiguo, y pasado de moda para los tiempos en que vivimos hoy.
Creo que no es necesario, pero me es imposible no ponerlo por escrito aquí: "Excusatio non petita, accusatio manifesta"
Señor Ministro del Interior, hoy se ha retratado usted con todo su pasado, su presente y su futuro. ¡Sinceramente!, le hace un flaco favor al intelecto de las nuevas generaciones sus palabras a través de sus 300.
Prefiero aquellos 300 que se enfrentaron en la Segunda Guerra Médica, y que perdieron por un traidor llamado Erfialtes; que toda su poesía para adormecer a las fieras que ha tenido usted hoy y sus 300 asesores.
Por todos los argumentos expuesto anteriormente, le pido que dimita, no puede agarrarse a un sillón con esos errores que usted trata de tapar como errores banales.
La sombra errante.








Tanto imaginarnos una muerte digna en ti y tu salpicabas la pared 
Fuimos una oreja un latido un corazón y mientras salpicabas la pared 
Esperamos con miedo la ruptura tu bien sabes el porque 

Tanta gente no dormía en su casa tu bien sabes el porque 
Siempre sospechamos que la vida no era tu, tu la vieja historia fantasmal.





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