domingo, 21 de diciembre de 2014

Soy una carencia, una descoordinación natural.

Hilvanando escritos que son mi descoordinación natural.
Soy una Ataxia cerebelar.
Tililo la luz de algo. La cercanía de la tormenta se cernía como un desasosiego sobre mis grandes olvidos.
Una ensoñación infinitamente etérea, placida y eterna se iba apoderando de aquella delgada nube nívea en aquel lejano horizonte. 
De golpe, una hierática compostura de algo desconocido me altero, yo que era un hombre surgido de las nieves perpetuas de el continente helado en los confines de mi memoria más perdida. Trate de hacerme en ese momento invisible y no dejarme convencer a mi mismo de que atisbando en el horizonte, vería que el viento respondía a las preguntas que una vez le lance para que me diera respuesta: Nunca recibí un eco aclarador de él, el viento.
Tendré que darle menos importancia a las cosas, pues creo que la inmensidad de los mortales atemperan y viven en la calma, ¡es más!, aseguraría que nadie recuerda más allá de el diez por ciento de lo que hemos vivido, ahora que ya no somos nada más que sombras en los grandes olvidos que siempre seremos.
Ahora perdonadme todo lo que pueda ocurrir desde esta hora vacía, a la que acaecerá cuando se vislumbre el crepúsculo...........El sol volverá a salir, pero he de reconocerlo: tu ya no estarás en este vasto universo de milagros y desazones, ¡pero aún así!, tratare de agarrarme al hilo invisible para hilvanar lo que se esconde detrás del ígneo cerco del horizonte, donde una vez fuimos felices.
Voy a abrazar al viento desde mi incólume soledad, y comprobare que aún late el corazón, en aquel remoto lugar, que una vez fue nuestro instante.(¡es curioso!, aquí podría poner una caterva, pero prefiero dejar solo el instante).
La ultima etapa, el cisne que hace el canto fúnebre al viejo mundo.
No seré ya nunca.
Quiero ser olvidado antes de ser recordado por algo sin valor, no darme nunca el merito que no merezco. Mi vida sera más segura si ese olvido me conduce a uno de los confines donde nunca llegare a ser reconocido.
Ya conocéis mi literatura de la cual carezco, soy una carencia: una descoordinación natural.
PD. Solo queda la invisibilidad que un día ya seremos para siempre.
Ahora ya no llueve, pero aquel día si, ---- ¿te acuerdas?.




Para los amigos ausentes. 
Como una a una las luces se apagan 
Es la hora de cierre...


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