Carmesí y trébol
Y un día, a si, sin avisarnos, nos tendremos que ir, nos pillara sin tener la maleta hecha; nunca avisa, te pilla con lo puesto, a veces riendo, otras desnudo o componiendo una nana para dormir a un infante; te sorprende siempre; los avisos los da algunas veces de manera intermitente, son pequeñas premoniciones que nuestro inconsciente muy preparado para ello, los enmascara, los camufla, y los envía muy sutilmente al silencio más oculto, ese lugar secreto, que existe, pero tratamos de adornarlo con pequeñas trampas que nos hacemos a nosotros mismos:tan sólo fue un aviso, o no?, era un sonido extraño que interprete como una melodía que ya tenemos grabada en nuestra cadena de datos. Nunca estamos verdaderamente preparados para este último viaje sin destino; sinceramente no pasa nada, se apaga la luz, se echa el cierre, y acaba cualquier posibilidad de volver a reabrir aquel lugar donde una vez hábito la vida. Serán otros, otros serán a partir de la desconexión los que recibirán las sensaciones que para nosotros se terminaron.
Quien mire mi escrito como un acto de ingratitud a la vida, es que no conoce mi interior.
Ame mientras tuve amor, soñé mientras tuve fantasías, y ahora que llega el momento de decir adiós, solo me quedan sonrisas de agradecimiento.
Gracias vida por proporcionarme este magnífico viaje mientras aún anoto presencias intermitentes de aquello que un día será mi último viaje. ❤❤❤
Quien mire mi escrito como un acto de ingratitud a la vida, es que no conoce mi interior.
Ame mientras tuve amor, soñé mientras tuve fantasías, y ahora que llega el momento de decir adiós, solo me quedan sonrisas de agradecimiento.
Gracias vida por proporcionarme este magnífico viaje mientras aún anoto presencias intermitentes de aquello que un día será mi último viaje. ❤❤❤
Sólo quiero que se sepa que detrás de toda la tristeza, está un amor inmenso a la vida.
Y si canto triste ahora, es porque lo siento.
Y si la la risa dejó de habitarme, no fue por ganas de acompañarme, es que también ella sintió una honda tristeza, y perdió este pulso ingrato que tenemos que echar los soñadores, con las hordas aventajadas de las pesadillas que se apoderan de nuestra realidad, las que los soñadores evitamos soñar, pero un servidor, perdedor por antonomasia; en esta batalla sin cuartel, perdí a mi sombra errante, quedo entre todos los cuerpos que aún yacen después de siglos insepultos.
Y si la la risa dejó de habitarme, no fue por ganas de acompañarme, es que también ella sintió una honda tristeza, y perdió este pulso ingrato que tenemos que echar los soñadores, con las hordas aventajadas de las pesadillas que se apoderan de nuestra realidad, las que los soñadores evitamos soñar, pero un servidor, perdedor por antonomasia; en esta batalla sin cuartel, perdí a mi sombra errante, quedo entre todos los cuerpos que aún yacen después de siglos insepultos.
Hoy canto triste.
Y canto triste para no perder el tiempo mientras vivo.
Volvió a permear este Enero helador, y mis ojos cicucientes vislumbraron a lo lejos el amor.
Y canto triste para no perder el tiempo mientras vivo.
Volvió a permear este Enero helador, y mis ojos cicucientes vislumbraron a lo lejos el amor.
Mira aquí arriba, estoy en el Cielo
Tengo cicatrices que no pueden ser vistas
Tengo drama, no puedo ser hurtado
Todos me conocen ahora
Mira aquí arriba, hombre, estoy en peligro
No tengo nada más que perder
Tengo cicatrices que no pueden ser vistas
Tengo drama, no puedo ser hurtado
Todos me conocen ahora
Mira aquí arriba, hombre, estoy en peligro
No tengo nada más que perder
No hay comentarios:
Publicar un comentario