lunes, 7 de septiembre de 2015

Cuando fuimos mortales....


Desaparecer para siempre en cinco minutos.
Descubres por puro azar, que todos los días te encuentras con las mismas personas en tu rutina diaria, ellos, como tu, también te observan, se fijan si estas afeitado, si hueles a colonia, si compraste el periódico, o llevas como siempre sueles hacer, los auriculares en los oídos, para desconectarte de el mundanal ruido y encerrarte en el limbo de los músicos del infierno; si tienes ojeras por haber dormido mal por una pesadilla desagradable que no hubo manera de erradicarla de tus pocas horas de descanso; si la tristeza que hoy reflejas en tu semblante es síntoma de alguna triste noticia, si esa cara de tontolaba que hoy tienes es por haber echado un buen polvo o es que es tu cara de siempre, la natural, la que no puedes cambiar porque no tienes con que sustituirla; ellos, como tu, jamás os comunicareis, sois extraños en el tren de la vida; en el bus del tiempo.
Le ocurrió en una de aquellas épocas; el iba sentado, y a su lado estaba una mujer que se cruzo en su vida durante cinco años sin haberse nunca dirigido la palabra, y en ese instante ella, la mujer, estaba hablando con su compañera de asiento, la decía que su marido había muerto hacia un mes de un infarto; él no lo pudo reprimir, la miro, se cruzaron sus miradas, ninguno de los dos dijo nada, pero en ese instante los dos supieron que habían entendido el mensaje no verbal que se dirigieron en ese breve espacio de tiempo que sus ojos se cruzaron, se habían abrazado,y se habían dicho todo lo que en esos cinco años jamás se atrevieron a decirse, en solo un instante, la abrazo con la mirada, la dio las condolencias y un beso; luego el tren llego a la estación, él se levanto de su asiento se dirigió a la puerta de salida, y nunca más la volvió a ver.
Siempre los encuentras a la misma hora en la parada del bus, o en la estación del metro. - ¡Pero algo ocurre!-. Un día por esas cosas de la vida, cambias de horario, y aquella persona que empezaste a mirar con cierta amistad, desaparecerán para siempre de tu vida, igual que te ocurrió a ti tantas veces en el transcurso de los años con personas que pasaron por tu vida, aquellas que ya las considerabas parte de tu pequeño universo, eran parte del paisaje de la ciudad, como lo es para el pastor o el agricultor, el árbol, la acequia, el camino al establo, la caminata hasta la huerta, el horizonte, las montañas, el perro Fox Terrier esperando su regreso a casa, la vaca Veronica con sus ubres esperando la mano del pastos para ser ordeñada. 
Y un día......, así; sin que nadie lo note, cambias tu rutina y todo tu paisaje cambia para siempre. 

Este pequeño homenaje a los desconocido que pasaron y pasaran por por mi vida, estará permanentemente cambiado como he hecho yo en todo este tiempo transcurrido en estos Trenes (vida), Buses (Tiempo)....Tiempo, dame vida, vida, dame tiempo







                                                    Llamas carmesíes atadas a través de mis oídos,
rodando altas y poderosas trampas, 
moteado con fuego en carreteras llameantes 
usando ideas como mis mapas. 
"Pronto nos encontraremos en los bordes" dije, 
orgulloso, bajo una frente calentada. 
Ah, pero era mucho más viejo en aquel entonces, 
soy más joven ahora. 

El prejuicio semi derruido saltó al frente 
"desgarren todo el odio", grité. 
Mentiras de que la vida es blanco y negro 
salieron de mi cráneo. Soñé 
hechos románticos de mosqueteros 
fundados profundamente, de algún modo. 
Ah, pero era mucho más viejo en aquel entonces, 
Soy más joven ahora. 

Caras de muchachas formaron el camino delante mío 
a partir de falsos celos 
de memorizar políticos 
de la historia antigua. 
Arrojado por cadáveres evangelistas 
aunque es impensado, de algún modo. 
Ah, pero era mucho más viejo en aquel entonces, 
Soy más joven ahora. 

La lengua de un profesor independiente 
demasiado serio para bromear 
espetó que la libertad 
es solamente la igualdad en la escuela. 
"Iguadad", pronuncié la palabra 
como si fuera un voto matrimonial. 
Ah, pero era mucho más viejo en aquel entonces, 
Soy más joven ahora. 

En postura de soldado apunté mi mano 
a los perros mestizos que enseñan, 
sin temor a convertirme en mi enemigo 
en el instante en que predique. 
Mi sendero es guiado por botes de confusión, 
motín de popa a proa 
Ah, pero era mucho más viejo en aquel entonces, 
Soy más joven ahora. 

Sí, mi guardia permaneció firme cuando abstractas amenazas, 
demasiado nobles como para ignorarlas, 
me engañaron haciéndome pensar 
que tenía algo que proteger. 
Bien y mal, yo defino estos términos 
bastante claramente, sin duda, de algún modo. 
Ah, pero era mucho más viejo en aquel entonces, 
Soy más joven ahora.





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