miércoles, 7 de enero de 2015

Murió la vida, pero quedaron destellos de un eterno amor.

La eternidad se quedo helada al descubrir que nuestros besos siguieron viviendo en la infinitud, más allá de cualquier posibilidad de perecer. Murió la vida, pero quedo un eterno amor. 






Entonces el hombre se acerca al micrófono 
y dice por último, cuando el reloj da su hora: 
"Gracias y buenas noches! Ya es hora de irse a casa." 
Y suelta rápido algo más: 
"Somos los Sultanes, los Sultanes del Swing".






Destellos de amor en la noche helada del tiempo

Dos bellos estallidos cristalinos de amor que tuvieron lugar en otro tiempo. Quizás solo fueron breves encuentros que duraron apenas un instante (ni siquiera lo que dura el tic tac del latido de un corazón), se perdieron para siempre en ese tiempo que nunca nos perteneció.En mi tiempo actual, te amare, mientras me queden recuerdos, antes del definitivo final.  




Yo sólo quiero ser el que iba a compartir este sueño