Soy esta isla solitaria donde nunca habito el amor;
desembarca en mi costa,
explora todo su territorio,
y si te gusta, habítame
seré tuyo para el resto de todos los momentos
mientras seamos mortales,
y cuando el fatal destino
cumpla el ciclo de la vida; el desenlace final.
Seremos el brillo perlado
que los navegantes,
en la linea del horizonte,
al amanecer,
llaman la estrella de la mañana
el lucero del alba.
Tu y yo en la isla donde no habito el amor.
La marea esta cambiando
Las ondas de radio se llena de compasión y de la luz
Y su corazón de silicio
Calentado a la vista de millones de velas encendidas
Y su corazón de silicio
Calentado a la vista de millones de velas encendidas
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