En mi mundo insomne, aún la naturaleza es inagotable en sus formas, rica en las montañas que se ven allí en la lontananza; los mares de mis amores, con los colores que siempre me enamoraron (el azul caribe) y las eternas y variadas estaciones de los amores, donde Eros sigue jugando eternamente a descubrir esa mirada que sin decir enamora, esa palabra que sin hablar te subyuga, y esa piel que sin tocarte te atrapa en su red de anamorad@. Todavía mana la música, cuajando en tonalidades cada vez distintas, del alma abierta de algunos hombres; todavía se desprenden de libros y cuadros infinidad de formas y emociones. Aunque todo aquello que llaman nuestra cultura se vaya avalando y trivializando de día en día en ese tesoro primitivo de la humanidad.
En mi galería de los sentimientos insomnes, sigo viviendo lejos de las minas donde el cuerpo se abastece de las comodidades mundanas que hace que el mundo nos parezca más interesante; puro teatro o fachada, tu vida va por otro camino. Ahí en el fondo del ser es donde nosotros debemos obrar en nuestra propia solidez personal, donde nunca, nunca, tendremos que dejar que penetre la monotonía.
La canción del rescate
Que nadie destruya tu partitura
la que con tanto amor y esfuerzo compusiste
y tarareas en los momentos difíciles.
Emancipate de la esclavitud mental..
Que nadie destruya tu partitura
la que con tanto amor y esfuerzo compusiste
y tarareas en los momentos difíciles.
Emancipate de la esclavitud mental..
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