Lo que se toca o canta para ensayar antes de comenzar una ejecución.
Composición instrumental de gran libertad, ejecutada antes de una obra.
"El preludio de aquella noche"
Aquella noche maravillosa.
Todas las noches de aquel verano, jamás se fueron de la estancia donde habita la memoria.
Esta historia se remonta a aquellas noches del verano de 1987, es un pequeño soneto al que le puse como nombre "El Edén aún existe".
Eran las diez de la mañana de un julio que había empezado ya sus vacaciones, los niños habían desayunado y su gran ilusión era bajar a la playa y disfrutar de sus primeros juegos a la orilla de ese mar Mediterráneo (mar interior).
Con los bañadores puesto empezamos a preparar los bártulos (sombrillas, cremas, toallas, cubos, palas, etc, etc, etc y algún etc que se me olvida, ya que sabéis que soy olvido) para una mañana de agua y sol.
Manu y Cintia ya habían recibido su ración diaria de crema antes de salir, Raquel ya se había encargado de esa labor logística, ya que el sol trataría de dañarles su piel querubina a la orilla del mar mientras jugaban con su cubos y palas, pero ya solo sería una caricia de algodón.
Nos pusimos en marcha, empezamos a bajar por la calle de las Animas, cuando nos encontramos con "Santi", el artesano catalán (El penúltimo hippie que quedaba en Nerja, ya que yo por edad era el último), mantuvimos una larga charla antes de llegar a la calle Carabeo, en la cual hablamos de su viaje iniciatico en busca de esa búsqueda espiritual a un lugar remoto de la India.
Llegamos al mirador-terraza de Carabeo, y nos despedimos con un apretón de mano y quedamos en vernos esa noche con todas nuestras amistades en el Coconuts de la calle Pintada; el viejo garito con terraza y música en vivo.
Nos pasaos toda la mañana en la cala de Carabeillo, y a eso de las tres de la tarde, desmontamos la tienda y subimos los ciento setenta peldaños que nos separaban de Nerja, para volver a pisar de nuevo la calle Carabeo.
Las cigarras (chicharras) nos cantaban al oído, la temperatura africana que había en el ambiente (más de cuarenta grados a la sombra más fresca).
Un pequeño descanso al que llamamos siesta.
Al caer la tarde nos encontramos con los colegas en el balcón de Europa, Macu, Stefan el suizo, Paqui, Lolo, Bea, Nill, el gigante alemán que era el alma de aquel lugar llamado "Nerja" y mención especial a Luis, el periodista incorrupto que un día dejo las noticias para abrir el interior cerrado de todos los viajeros del tiempo que se sintieran atraídos por que él les leyera las cartas del tarot, y Enrique, aquel viajero incombustible, que un día dejo Madrid y se lanzo a la aventura del dorado, y en la playa del playazo quemo sus naves, y con el resto del naufragio se quedo a vivir en la casa que un día fue abandonada por sevillana eléctrica en el aquel lugar con embrujo, donde el rió Chilla se lanza a la aventura antes de desembocar en el mar interior.
Con los últimos rayos del sol, dimos por concluido el día y empezó la noche de verano.
En ese mágico momento, empezamos a darle color a la noche, lo primero era tomar algo para que el cuerpo aguantara con energía renovada las horas que aún nos faltaban antes de caer rendidos en la cama. Nos pasamos por la Pizzeria que hay a la entrada del ayuntamiento, la que esta pegada al Kiosko de Paco el cojo.
La noche empezó a darnos otro baño, no de mar, sino de luna, sin que nada ni nadie reparara en esta historia que iba a ser de una noche de ensueño, un verano azul que nos invitaba a festejar la noche más maravillosa de aquel verano de 1987.
Llegamos al Coconuts, y al entrar nuestros oídos fueron invitados a escuchar las notas de Gloria de Van Morrison.
Los niños (Manu, Neo, La Arena del Mar, Cintia, Raul y la hija de Paqui, que hoy este olvidadizo ha extraviado su nombre en las estancias donde habita la memoria) se acomodaron en la terraza de aquel confortable lugar.
La luna nos guiño el ojo en la bóveda del firmamento, la noche prometía ser de esas que guardaremos en nuestra memoria, para que de vez en cuando sepamos que existe en Edén en la tierra, que esta aquí, que no es una quimera, y vive con nosotros en la tierra, en nuestra vida, aquella a la que llamamos vida.
La despedida de la noche nos la organizo el cielo, que nos brindo un espectáculo inigualable, ver cientos de estrellas fugaces enamoradas en ese cielo al sur del sur, donde aún los sueños son reales.
Los músicos del Coconuts nos regalaron otra melodía inolvidable a nuestros oídos, mientras nuestros ojos seguían viendo aquel grandioso espectáculo en el cielo de Nerja, una serenata que aún sigo escuchando mientras escribo esta nota: Brown Eyes Girl.
--- Hoy, entro por la puerta del Palacio de Congresos en este Madrid que me mata, con el pelo moteado por la albura de los años, en un otoño (el principio del otoño que todos tenemos dentro) Y empieza a sonar el tema: Brown Eyes Girl.
Un salto en el tiempo de 19 años, y vuelvo a 1987.
Las estrellas fugaces enamoradas, el guiño de la luna en la bóveda del firmamento, un verano azul, y el preludio de lo que luego se llamo "Una noche maravillosa".
La sombra errante en una noche que bordeo los confines del universo y descubrió que aquella noche fue única y maravillosa.
Como todas las cosas maravillosas de esta vida, dos de los integrantes de este pequeño soneto del Edén, hoy ya están en esa linea divisoria insalvable que todos un día cruzaremos. Va para ellos este pequeño escrito.
Santi y Luis, disfrutar de Itaca mientras esperáis nuestra llegada a buen puerto indeterminado (metáfora de la vida).
Toda historia o cuento, tiene su cuento o historia interior, y esta también la tuvo.
Y la tierra siguió girando alrededor del sol.
Hay cosas que uno sencillamente no cuenta, no cruza esa linea imaginaria para entrar en las estancias de la memoria, de los anhelos y las decepciones, y rescata aquellos momentos antes que se suman el el olvido, pues llegara un momento que las obras no tendrán plan de continuidad, la sabiduría y el conocimiento serán polvo en la tumba donde vamos.
El preludio de las cosas malas son impredecibles. Este escrito ha querido ser como un poema homérico, todo lo que sucedió en aquella noche de estío, fue porque estábamos en el lugar y el momento que nos perteneció, cruce la linea imaginaria y sustraje esta remembranza de aquella noche maravillosa.